Skip to main content

Es probable que hayas visto, o incluso tengas en casa, en tu clase o en tu despacho, cuentos pictografiados.

Se tratan de cuentos en los que las palabras del texto vienen acompañadas de una imagen asociada, y su propósito, en principio, es el de favorecer la lectura de personas que presentan desafíos complejos de comunicación.

Autor pictogramas: Sergio Palao Procedencia: Arasaac (http://arasaac.org) Licencia: CC (BY-NC-SA)

En principio podemos pensar que, si esa persona es “muy visual” o utiliza en su día a día pictogramas para comunicarse, para recibir información del entorno en clave de anticipación o de adaptación cognitiva, ¿por qué no se iba a beneficiar de este recurso a través de sus libros o cuentos favoritos? Si bien en la realidad educativa se está llevando a menudo esta práctica, los resultados de estudios científicos nos muestran que es ineficaz y potencialmente perjudicial para el aprendizaje concreto de la adquisición de la lectoescritura en nuestros estudiantes. 

¿Qué nos dice la evidencia científica?

Desde hace más de 50 años, diversos estudios han analizado el impacto de asociar imágenes con la identificación de palabras en pre-lectores con y sin discapacidades de todas las edades. En el primero de estos estudios, alumnos de primer curso tuvieron más éxito en el aprendizaje cuando se combinaban imágenes con palabras, pero esta ventaja desapareció cuando se pidió a los estudiantes que leyeran las palabras sin las imágenes (Samuel, 1967). Con imágenes, estos estudiantes parecían aprender con más éxito durante la instrucción, pero al final, les resultó más fácil leer las palabras que aprendieron sin el beneficio de las imágenes.

En lo que se refiere a personas con discapacidades, las investigaciones han respaldado los hallazgos de los estudios con muestras de personas que no presentan desafíos. Por ejemplo, Singh y Solmon (1990) investigaron el impacto de imágenes combinadas con palabras en las habilidades de lectura de palabras de ocho estudiantes con discapacidad intelectual. Todos los estudiantes leyeron correctamente mayor cantidad de palabras cuando las aprendieron aisladas de imágenes. 

Algunos estudios explican estos resultados acuñando el término de “ensombrecimiento” o efecto distractor, que es aquel que se produce cuando asociamos un pictograma a una imagen, provocando que los aprendices tengan demasiados estímulos a los que atender y haciendo que no se incida en el verdadero propósito que es, la alfabetización.

Y es que, ¿realmente a nosotros nos resultaría tan fácil esta tarea de “leer” pictogramas? Pongamos un ejemplo:

Autor pictogramas: Sergio Palao Procedencia: Arasaac (http://arasaac.org) Licencia: CC (BY-NC-SA)

¿Has podido leer este texto? Posiblemente no te haya resultado fácil e incluso, teniendo una gran exposición a los pictogramas de esta librería, no hayas podido realizar la tarea. Pero, ¿y si le añadimos texto?

Autor pictogramas: Sergio Palao Procedencia: Arasaac (http://arasaac.org) Licencia: CC (BY-NC-SA)

Dada la evidencia que indica que combinar imágenes con palabras hace que sea más difícil aprender a leer, parece que la metodología que conlleva las prácticas más evidenciadas y éticas, es la instrucción integral de la lectoescritura en nuestros aprendices que presentan desafíos complejos de comunicación y que conlleve:

Exponer a tu aprendiz a letras y sonidos. Da la oportunidad de conocer el alfabeto y la conciencia fonológica de forma sistemática. Recuerda que nuestro idioma conforma un alto grado de transparencia fonética.
Utilizar tu dedo para mostrar que se lee de izquierda a derecha durante tus lecturas compartidas.
Comentar las imágenes para enseñar que los dibujos suscitan las palabras del texto.
Modelar en su SAAC e invitar a la participación durante la lectura compartida.

Bibliografía

Open chat
1
💬 ¿Necesitas ayuda?
Escanea el código
👋 Bienvenid@ a La Fábrica de Palabras, ¿en qué podemos ayudarte?